La utilización de esta hiperoxigenación ayuda a que la sangre transporte más oxígeno a órganos y tejidos del cuerpo, para tratar diversas enfermedades, colaborando en la sanación, acortando los tratamientos y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Informes clínicos y los hallazgos encontrados en los estudios de la fisiología, demuestran que falta progresiva de oxigeno es la principal causa de deterioro en los pacientes que sufren COVID-19. Cuando el germen se establece en suficientes células la batalla subsiguiente entre la respuesta inmunitaria del cuerpo y el virus provoca un torrente de daños como la inflamación de los tejidos que rodean los alvéolos, disminuyendo la difusión de oxígeno al torrente sanguíneo. Por otra parte esto puede desencadenar pequeños trombos que generaría una alteración en la difusión de oxígeno.